Albiku trikuharri. 2000. 8 piezas de alabastro y 8 piezas de piedra negra de Zimbabwe. 12 x 12 x 12 cm. cada pieza.

Albiku trikuharri. 2000. 8 piezas de alabastro y 8 piezas de piedra negra de Zimbabwe. 12 x 12 x 12 cm. cada pieza.

Elena Asins. Entre la ciencia, el arte y la filosofía | Proyecto de Galería Freijo en Galería Trinta, Santiago

30 de julio 2021

Ayer se inauguró la exposición, titulada Elena Asins. Entre la ciencia, el arte y la filosofía, en la Galería Trinta en Santiago de Compostela. Se trata de un proyecto de Galería Freijo, comisariado por Angustias Freijo, que se podrá visitar hasta el 12 de septiembre.


Renunciar a la mancha, a la figura, al colorido, al gesto, quedarse con la línea, desterrar las curvas, la inclinación, luchar con la simetría, templar los nervios, hacerlos sonar como cuerda de guitarra, estudiar las relaciones armónicas de su vibración, estudiar el número, encontrar su estructura, sentirla, vivirla…

J. Maderuelo (1979). “La rigurosa pintura de Elena Asins”.
En Elena Asins. Fragmentos de la memoria (2011), cat. exposición. Madrid: MNCARS, 160.


Elena Asins (España, 1940-2015) fue una artista polifacética, cuya obra se encuentra en la intersección entre la lógica, la lingüística, las matemáticas, la filosofía, la música, la tecnología, la arquitectura y las artes plásticas. Pionera en el arte conceptual y cibernético, Asins tuvo una formación experimental y multidisciplinar. Se formó en la Escuela de Bellas Artes de París, en la Universidad de Stuttgart, donde estudió semiótica de la mano del profesor Max Bense, en el Centro de Cálculo de la Universidad Complutense de Madrid y en la New School for Social Research y en la Columbia University (Department of Computer Science: Computer Art) en Nueva York.

Todos los aspectos de su vida, desde los más íntimos y cotidianos hasta los más públicos, a través de su obra, podrían englobarse bajo el término Gesamtkunstwerk, la obra de arte total. Esto comprendería no solo sus maquetas para un proyecto de ciudad, sus esculturas públicas, sus partituras abstractas basadas en los cuartetos prusianos de Mozart, sus esculturas en alabastro y piedra negra de Zimbabwe, sus figuras megalíticas, sus dibujos digitales, etc., sino también sus cartas y anotaciones personales, el aislamiento de su casa en Navarra, su vida solitaria, la ropa que vestía, y su manera de ver la televisión, todo ello en blanco y negro, todo ello parte de su pensamiento, expresión y lenguaje. Asins no establece una distinción entre arte y vida, entre arte y no arte, sino que entiende el “ARTE dentro de la vida (una vida como arte y un arte como vida)”.[1] De esta manera, la estructura, el orden y la lógica impregnan su vida y su carrera artística, dando lugar a esa Gesamtkunstwerk, que tiene un carácter claramente procesual y experimental, adjetivos ambos inseparables de su obra. Según la propia artista, “lo importante es el pensar sobre la realización de una obra, el estudio, el encontrar,” es decir, el proceso, la búsqueda, el concepto y el pensamiento detrás.[2]

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[1] E. Asins (1984). En Elena Asins. Fragmentos de la memoria (2011), cat. exposición. Madrid: MNCARS, 204.
[2] Elena Asins, en J. Robledo-Palop (2011). “La desaparición de la imagen. Conversación con Elena Asins”. Forma. Revista d’estudis comparatius. Art, Literatura, Pensament. Vol. 4 (pp. 43-52). Barcelona: Universidad Pompeu Fabra, 47.

Fragmento del texto de Jessica Janeiro Obernyer
Historiadora del arte



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Web Galería Trinta

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