"Paisaje (20 de noviembre de 1975)", 1999. Instalación. Periódico, mesa, lámpara y motor, cámara y proyección.

"Paisaje (20 de noviembre de 1975)", 1999. Instalación. Periódico, mesa, lámpara y motor, cámara y proyección.

"Paisaje (20 de noviembre de 1975)" 1999. Instalación. Periódico, mesa, lámpara y motor, cámara y proyección.

"Paisaje (20 de noviembre de 1975)" 1999. Instalación. Periódico, mesa, lámpara y motor, cámara y proyección.

"Paisaje (20 de noviembre de 1975)", 1999, Periódico y urna de metacrilato. 34 x 59 x 44 cm

"Paisaje (20 de noviembre de 1975)", 1999, Periódico y urna de metacrilato. 34 x 59 x 44 cm

"Desubicado", 2002.  Fotografía. Edición de 6 ejemplares. 56 x 100 cm. Galería Freijo, 2019.

"Desubicado", 2002. Fotografía. Edición de 6 ejemplares. 56 x 100 cm. Galería Freijo, 2019.

"Arqueología del saber", 1999. Fotografías. Edición de 6 ejemplares. 70 x 50 cm

"Arqueología del saber", 1999. Fotografías. Edición de 6 ejemplares. 70 x 50 cm

Vista de exposición. "Montaña de periódicos III y IV",  2014. Periódicos. 126 x 59 x 41 cm

Vista de exposición. "Montaña de periódicos III y IV", 2014. Periódicos. 126 x 59 x 41 cm

Vista de exposición "Paisaje 20 de noviembre 1975" en el programa LZ46 de Galería Freijo.

Vista de exposición "Paisaje 20 de noviembre 1975" en el programa LZ46 de Galería Freijo.

Paisaje 20 de noviembre 1975

Mateo Maté

16 de mayo 2019 a 29 de junio 2019

“Somos lo que leemos. Nuestro pensamiento se estructura a partir de la información y conocimientos que adquirimos en gran parte leyendo.
En esta serie de trabajos acumulé de forma cronológica toda la prensa que había leído en los últimos años. Realicé excavaciones para establecer relaciones entre hechos del pasado y tratar de entender dónde estaba situado en ese momento y comprenderme. La mayoría de los hallazgos fueron fragmentarios e incompletos, como los recuerdos. La idea que nos podemos hacer del pasado es aproximada y sesgada.
Sabemos que las metáforas en torno a la memoria se han referido en innumerables ocasiones al estrato; hablar de la memoria de la tierra en geología, o de los hombres en antropología, implica necesariamente una alusión a la configuración estratificada del acontecer temporal. La certeza de que todo transcurrir es un ocultarse, algo que no sólo queda atrás, sino que es irrecuperable y que se refiere -como proyección futura- a un encuentro inevitable con la muerte.

Así, el tiempo se puede entender también como algo determinante. En algunas de las piezas se hace patente un poso temporal como elemento iconográfico de primer orden. Una parte importante de los trabajos se muestran como pasos de un acontecer que podría continuar, no como algo terminado, sino como un instante intermedio, un estrato en último término, detenido por decisión propia; un modo de aproximación al tiempo como algo fragmentario, algo capaz de vincular instantes, pero nunca como linealidad uniforme inquebrantable.”

Mateo Maté

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